10.06.2010

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Lugar: Chosa
Mode: Muy tarde, Capuccino en mano

Realmente no tengo mucho que escribir, pero tenia ganas de publicar algo luego de leer otro blogger. Así que sin mas por escribir, aquí les dejo una de las historias que escribí cuando aun era colegial (app 5 años atrás) y que me gusta bastante.

PD: notece que fue hace mucho, así que de antemano perdón por los problemas de redacción, de puntuación y todo lo demás que puedan encontrar.

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Title: El vals del viento y las flores
Autor: Me (yo)
Date: Julio 2006


¡Mírame!... ¡solo mírame!...me repetías, mientras me sentía desvanecer, y poco a poco tu voz se perdía en el grito del silencio, gritos hacia una muerte inevitable, pero mi corazón aun late mientras la abrazo, late con todas sus fuerzas mientras el viento golpea nuestros rostros, como la primera vez que la vi.


Fue una noche de primavera, el aire era dulce, y las flores volaban con el viento, en un vals en el que el viento lleva a sus doncellas por distintas direcciones, parecían felices, en un corto viaje hacia el suelo, donde su destino de morir era algo claro. Al caer sus pétalos saltabas, y fallecían poco a poco pero con un gusto a éxtasis en sus pistilos sabiendo que hasta las flores pueden volar. Me sentí triste por ellas, ¿porque dejarse llevar por el viento hacia un destino obvio?, ¿porque separarse de sus ramas, de sus raíces, y viajar hacia una muerte tratando de buscar la felicidad?, Nunca podré entenderlas - me dije con la mirada hacia el suelo.
Me levante para volver a casa, ya era tarde y los párpados empezaban a pesarme, camine para salir del parque por un pequeño puente, y cogí dirección hacia mi hogar, el aire era dulce, y el frió era dolorosamente exquisito. Por la senda a mi hogar vi a una mujer, estaba sentada viendo las flores caer. Me quede inmóvil mirándola en su posición de reflexión. De pronto se levanta y camina en mi dirección, ella seguía mirando al suelo, hasta que estuvo cerca de mi y levanto la vista, sus ojos me divisaron enseguida, y se quedo allí, mirándome, sin mover ni un músculo, así mismo estaba yo, no podía moverme, y sentía su mirada examinar mis ojos con una fuerza increíble, no podía moverme, no podía pensar, y lo único que sentía era sus ojos observándome. Mi corazón empezó a latir, ¡DOM-DOM!, ¡DOM-DOM!, sentía saltar mi pecho, mientras mi corazón latía a una velocidad descomunal, mis extremidades se sentían confusas, ya casi no sentía mi cuerpo y mi cabeza se sentía hirviendo, a un punto que temía el poder explotar, ella seguía mirándome. Ya no podía mantenerme de pie, la vista se me hizo borrosa, me sentía mareado, apenas podía verla, y de pronto la veo desplomarse en el suelo, corrí como pude en su dirección, pero poco a poco mi vista se nublo, todo se volvió en color blanquecino, sentí un remezon, un golpe en la cabeza, y todo desapareció.
Abrí los ojos, y sentí el olor del húmedo pasto acariciando mi rostro, el suelo empezaba a aclarecerse, y una tenue neblina emblanquecía el entorno, mas allá estaba ella, aun seguía tirada, mi corazón aun seguía agitado. De apoco me levante, y camine hacia donde estaba ella, camine lentamente, y el crepúsculo de la luna iluminaban su rostro, que aunque oculto por su cabellera negra, permitía ver sus finas facciones. Quede mudo al verla, no podía moverme y mi corazón palpitaba cada vez mas, de prono abrió los ojos, y clavo sus claros ojos en los míos, estuvimos mucho tiempo así, hasta que cerro los ojos y luego de un profundo suspiro se levanto, se detuvo frente a mi, y me pregunto la hora, eran las 12:03, su rostro se empapo en preocupación, y no tarde preguntarle el porque de su frustración. Ella debía volver a su casa, pero era ya muy tarde, y no sabia que podría pasarle en el camino, por alguna razón le ofrecí alojarse en mi departamento hasta el día siguiente.
Fuimos conversando en el camino, y por alguna razón todo lo que me decía parecía haberlo vivido, y poco a poco fuimos entrando en confianza, ella era de una familia muy acomodada, y era la menor, hoy era su cumpleaños, me contó de los problemas que tubo con sus padres y la pelea que tuvieron hoy, ella había comenzado a tomar medicamentos para mejorarse, para no deprimirse. De pronto empezó a llorar, la acerque a mi, y me abrazo, y su tristeza me toco el corazón y empecé a llorar junto a ella. Mis ojos empezaron a pesarme, para evitar el sueño y alegrarla un tanto la invite a comprar alcohol. Fuimos luego a mi departamento, y entre sollozos comenzamos a beber, bebimos y bebimos, al tanto comencé ha sentirme mareado, así que subí al techo del edificio para respirar, me quede allí, mirando como el cielo y las estrellas se lograbas divisar por enzima de las luces de la ciudad, ella subió tambaleando de un lado al otro, ¿vez las estrellas?- me dijo- son las verdaderas luciérnagas, pero las luces de la ciudad nunca me dejaban verlas, hace mucho que no las veía , gracias por traerme aquí, donde el hombre no pueden borrar el esplendor de la belleza verdadera, se me acerco y me beso, sentí su cálido cuerpo acercarse al mío y con una caricia sus besos recorrieron mi cuello los cuales solo se detenía para seguir tomando la botella que llevaba en un mano, siguió besándome y de apoco fue perdiendo el control sobre ella misma. Empezó a llorar, hablaba que su vida era una basura, que no soportaba la hipocresía de su familia, que no soportaba el haber sido rechazada, que no soportaba no poder encontrar al indicado, que no soportaba el sufrimiento del mundo... que no soportaba su vida. La abracé, le dije que no todo era malo, y trate de mostrarle otra visión del mundo, de la felicidad, que su familia aun la amaba, que siempre hay alguien que te daña, pero siempre vendrá otro a curarte, ella lloro muy fuerte, me dio las gracias por haber aparecido por su camino, y me alejo de ella, corrió por todo el techo del edificio, yo comencé a perseguirla, y mientras tropezaba por su estado sentía sus gritos, llantos y risas, hasta que se apoya en la baranda al precipicio, me mira fijamente, sonríe, y se deja caer.
¡No! – grite, ahora que por fin te he encontrado no te dejare, y salte con ella hacia el vació, trate de alcanzarle y la abrace con todas mis fuerzas. Te amo, eres lo que siempre estuve buscando-, ella sonrió y me dijo que también me amaba, mi corazón empezó a latir mas fuerte.


¡Mírame!, ¡solo mírame!, me repetía, mientras me sentía desvanecer, y poco a poco su voz se perdía en el grito del silencio, pero mi corazón aun late mientras la abrazo, late con todas sus fuerzas mientras el viento golpea nuestros rostros, ¡Mírate, mírame, somos como las flores bailando con el viento!.

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